Estoy parada en medio de la noche, no, no es cierto, en medio de la avenida benavides...me estoy congelando las orejas y la nariz, miro el cielo y me aterro, pues lo siento disperso y lejano. Me parece que la ciudad cada vez se pone más gris y tetrica, sin colores me siento confundida, sin el sol, yo debería hibernar.
Miro el semaforo que cambia y cambia y deseo que así cambiará mi vida, cada cierto tiempo de verde a rojo de rojo a amarillo y otra vez verde...pero no, mi vida muchas veces se estanca y me parece casi imposible moverla.
Camino unos cuantos pasos, me canso y el taxi que esta estacionado a mi lado empieza a encender sus luces, como invitandome a moverme, mi cara no es la más linda cuando se trata de moverme...miro al conductor fijamente como retandolo a que me mueva, al fin y al cabo está mal estacionado y sinceramente pocas ganas de caminar tengo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario