tu lengua envenenada,
la confianza descarriada,
una noche y más nada.
El vacío de la habitación,
tu mirada que desarma,
el calor corporal,
en tus brazos atrapada.
Y me das palabras canceladas,
completamente infundadas
y por no creerte...
la infelicidad que me mata,
por quedarnos siempre en la nada,
siendo dos y aveces uno,
uno en un millón de partículas.
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