lunes, 15 de junio de 2009

Fue un suspiro y un "te volví a encontrar".

Un respiro y el cerrar de ojos, el alivio a mis pesares, una preocupación descansada,
tu fotografía extraviada con esa mirada centrada y la sonrisa fingida más hermosa que no haya rechazado contemplar.

Era tu rostro impuesto para mi, esa presencia kilometrica que aqui no está pero que nunca me ha dejado sola,
la calidez de tus palabras dibujadas, la voz escondida en mis recuerdos, aquella última llamada, la razón de mis malestares.

El pensamiento nubloso que ronda en mi cabeza, los sentimientos crecientes sin fundamentos concretos, mi imaginación inquietante, la desfachatez de tus manos, el engaño mareado que camina a mi lado.

Flores que perfuman mi pasado, escencias que difuman tu alma, cabellos arrancados, pestañas cortadas, uñas mordidas y dolores abdominales.

Un presente que no me deja olvidar, una esperanza imperdible pero a largo plazo, rodillas temblorosas, tus patines negros, orejas heladas, besos continuos.

Baúl enterrado, ciento cincuenta disculpas, tres mil maldiciones, tu corazón y mi pulmón derecho, nuestra maldita razón.

No hay comentarios: